El Mercado Laboral en Bolivia: Aprovechando la Ventana de Oportunidad que se está Abriendo

L_Andersen.Hace 40 años cada mujer en Bolivia tenía en promedio 6,5 hijos, pero debido a una rápida transición demográfica, hoy tenemos en promedio 3,5 hijos, y se espera que este número siga bajando, acercándose al nivel de equilibrio de 2,1 hijos por mujer.

Este cambio en la tasa de fecundidad tiene importantes repercusiones para toda la economía, y especialmente para el mercado laboral.

La implicación más directa es un cambio en la pirámide poblacional que antes tenía la forma de pirámide, con más de 40% de la población siendo menores de 15 años, y solamente la mitad de la población en edad de trabajar (entre 15-60 años). Esto implicaba una carga de dependencia muy alta, con más de 90 dependientes (sobre todo niños) para cada 100 personas en edad de trabajar (ver el Gráfico abajo). Ahora, con menos niños, la pirámide está tomando la forma de una torre, con más personas en edad de trabajar y menos niños. Esto implica que la carga de dependencia está bajando rápidamente y se espera que llegue a 57 dependientes por cada 100 personas en edad de trabajar el año 2040. Después subirá otra vez por el envejecimiento de la población, ya que la proporción de la población mayor de 60 años crecerá de 6% ahora hasta 30% el 2100.

Fuente: Elaboración propia en base de proyecciones de población hecha por CEPAL.

Estos cambios demográficos están creando una ventana de oportunidad durante las próximas cuatro décadas con bajas cargas de dependencia. Una baja carga de dependencia puede ser una gran ventaja ya que hace mucho más fácil para las familias salir de pobreza. Primero porque hay menos bocas para llenar, pero también porque la madre tendrá tiempo para trabajar y generar ingresos en vez de gastar todo su tiempo en la crianza de sus hijos. Esto significa que no necesitan gastar todos sus ingresos solamente para cubrir sus necesidades básicas, sino podrán hacer inversiones que mejoran sus vidas y sus capacidades para generar ingresos en el futuro (educación, capacitación, capital productivo, etc.).

La combinación de más personas en edad de trabajar, y más mujeres en posición de entrar en el mercado laboral más años, significa que el número de personas que necesita empleo aumentará 200.000 personas cada año en las próximas dos décadas.

Si la economía no es capaz de absorber productivamente todas estas personas, nuestra ventana de oportunidad, que solamente ocurrirá una vez en la historia, podría convertirse en una pesadilla de desempleo, sub-empleo, frustración y violencia.

Por eso, desde ahora, se necesita políticas públicas diseñadas específicamente para asegurar que nuestra ventana de oportunidad única sea un periodo de desarrollo productivo y eliminación de la pobreza.

Estas políticas deben preocuparse por dos componentes principales:

1) Creación de empleo altamente productivo en el sector público y privado.

2) Educación y capacitación que asegure que las personas tienen las calificaciones necesarias para poder trabajar de manera productiva.

Crear buenos empleos requiere mucha inversión, ya que cada empleo necesita infraestructura física (oficina o taller adecuadamente equipado), capital físico (maquinas y materiales con que trabajar), respaldo legal (NIT, seguro social, etc.), y posiblemente también entrenamiento específico para el puesto. En los últimos años (2000-2007), la creación de un nuevo puesto de trabajo ha costado en promedio US$12.300 (1). Sin embargo, muchos de los empleos creados en el pasado eran informales y de mala calidad, así que este monto debería ser mayor en el futuro. Si se necesitaría US$15.000 para cada uno de los 200.000 nuevos empleos que se necesita cada año, significaría una inversión anual de US$ 3.000 millones. Esto es aproximadamente 30% más de lo que actualmente se está invirtiendo, así que no es imposible, pero sí requiere políticas que estimulen la inversión (mantener la estabilidad macroeconómica, garantizar la seguridad jurídica, reducir la cantidad de trámites para la apertura de empresas, mejorar la infraestructura pública, etc.).

Aparte de la inversión hecha por empresas (privadas y públicas, grandes y pequeñas, nuevas y antiguas) para crear más empleos, el gobierno necesita invertir masivamente en educación y capacitación para asegurar que los trabajadores futuros puedan llenar estos empleos de manera productiva. La experiencia de los últimos años demuestran que el énfasis en educación primaria universal no es suficiente, ya que está educación prácticamente no ha tenido ningún efecto en la productividad. Esto se puede ver por el hecho que no hay una diferencia significativa entre los ingresos ganados por personas sin educación y personas con 8 años de educación (suponiendo que todos los otros factores son constantes) y también por el hecho que la producción promedio por trabajador ha sido constante durante los últimos 35 años, aunque el nivel de educación promedio ha aumentado significativamente. Se necesita una política educativa mucho más ambiciosa involucrando educación inicial, educación secundaria, educación universitaria, educación vocacional y educación de los educadores, a parte de la educación primaria tradicional.

Este artículo fue elaborado en cooperación con Maestrías para el Desarrollo (MpD) y IDRC.


(*) Director, Institute for Advanced Development Studies, La Paz, Bolivia. The author happily receives comments at the following e-mail: landersen@inesad.edu.bo.
(1) Ver «El Problema del Empleo» escrito por Luis Carlos Jemio.


Artículos del Autor

 

también puedes ver

La importancia de la transversalización de género en los servicios de salud

Por: Daniela Romero* La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el derecho a la …