
En la ciudad de Sucre se realizó el Primer Seminario Internacional de Suelos, organizado por la Sociedad de la Ciencia del Suelo Filial Chuquisaca. En este evento, la Fundación INESAD presentó la ponencia, titulada «Evaluación de la fertilidad de suelos en parcelas de producción de quinua orgánica en comunidades del Altiplano Sur de Bolivia», que fue expuesta por Oscar Colque, Investigador Asociado de INESAD, trabajo que fue realizado en coautoría con Beatriz Muriel. El seminario, celebrado del 13 al 15 de junio del presente, reunió a expertos nacionales e internacionales de Brasil, México y Colombia, quienes aportaron valiosas experiencias y conocimientos sobre la fertilidad y manejo sostenible de suelos.
El objetivo de la presentación de INESAD fue compartir los resultados del estudio sobre la fertilidad de los suelos en parcelas de quinua orgánica en el Altiplano Sur de Bolivia, que es patrocinado por IDRC. El trabajo fue muy bien recibido por los organizadores del seminario y generó un gran interés entre los participantes, quienes plantearon diversas preguntas relacionadas con la materia orgánica del suelo y las estrategias para mejorar su fertilidad.
La quinua (Chenopodium quinoa) es uno de los cultivos orgánicos más importantes de Bolivia, con 121,119 hectáreas cultivadas principalmente en Oruro, Potosí y La Paz, según datos del INE y FAOSTAT (2022). Sin embargo, los rendimientos son bajos, alcanzando solo 362 kg/ha en promedio en 2022, y 632 kg/ha en parcelas orgánicas del Altiplano Sur, muy por debajo del potencial productivo de la región (1064 kg/ha). El estudio realizado entre octubre de 2022 y mayo de 2023 evaluó la fertilidad del suelo en parcelas de quinua orgánica del Altiplano Sur. Se tomaron 75 muestras de suelo, analizadas en el laboratorio CETABOL, y se crearon mapas de fertilidad.
Los suelos de la región presentan un pH fuertemente alcalino y texturas franco arenosas. Tienen bajos contenidos de materia orgánica, nitrógeno y fósforo, pero muestran niveles moderados a altos de potasio, calcio y magnesio. Los suelos no son sódicos, pero presentan deficiencias en hierro, cobre y zinc, mientras que los niveles de manganeso y boro son altos. Según el índice de fertilidad, estos suelos tienen una fertilidad general baja. Se recomienda corregir los déficits de materia orgánica, nitrógeno, fósforo y micronutrientes, además de optimizar el compostaje y regenerar los suelos con cobertura nativa. Es esencial establecer viveros comunitarios y parcelas demostrativas, así como promover la captación de agua de lluvia y capacitar a los agricultores en el manejo de la fertilidad del suelo.
