La reducción del déficit fiscal y comercial, la reversión de la caída de las reservas extranjeras y la desaceleración económica son los desafíos para el Gobierno.
Manuel Filomeno / La Paz
Reducir el elevado déficit fiscal, revertir una balanza comercial negativa, la acelerada reducción de las Reservas Internacionales Netas (RIN) y la desaceleración de la economía son los principales temas que debe resolver el Gobierno en 2019.
Ante esta situación, expertos recomiendan reducir el gasto, moderar la inversión pública y establecer una política de incentivos a la producción nacional para evitar problemas futuros con la economía.
El Gobierno en 2019 proyecta un déficit fiscal de 6,8% que se financiará principalmente con deuda externa e interna.
El analista económico Jaime Dunn opinó que es necesario realizar un ajuste al gasto y a la inversión pública, aunque se tenga que sacrificar el crecimiento a corto plazo para garantizar estabilidad en el largo plazo.
“El Gobierno ha mantenido un crecimiento económico de dos maneras, subió el gasto público y recurrió a fuentes externas, el problema con esto es que ha generado un mayor déficit. Lo peligroso es que actualmente estamos en un ambiente de alza de las tasas de interés a nivel mundial, lo que genera que el financiamiento sea más caro, por eso se debe reducir el gasto y evitar un mayor endeudamiento”, puntualizó.
El expresidente del Banco Central de Bolivia (BCB) Juan Antonio Morales indicó que el Gobierno debe concentrarse en reducir la brecha fiscal negativa, estableciendo un programa de inversión pública más equilibrado, aunque eso implique un menor crecimiento del PIB.
“La raíz de los problemas es el déficit fiscal, principalmente porque el programa de inversiones públicas es demasiado grande, principalmente porque el Gobierno trata, a través de este programa, sostener el crecimiento del PIB. Entonces al reducir las inversiones probablemente se reduzca el crecimiento, pero no de manera significativa, pero no veo nada malo en eso”, agregó.
La directora del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad), Beatriz Muriel, explicó que el fin del ciclo expansivo trajo consigo una reducción de los ingresos públicos, lo que derivó en déficit fiscal y comercial.
Ante esta situación, planteó la adopción de una mayor disciplina fiscal y mejorar el clima de inversión extranjera y los indicadores de competitividad.
Muriel observó varios problemas que aquejan a la economía boliviana, por ejemplo el estancamiento de la productividad laboral, producción de baja escala y en muchos casos ineficiente.
El gasto en investigación y desarrollo sigue en puestos bajos a nivel mundial sin mejoras en los últimos 10 años y la inversión productiva aún es escasa.
Según Muriel el cambio estructural más destacable en la última década es la mayor infraestructura caminera, pero esto no garantiza por si solo el desarrollo productivo.
René Martínez, especialista de la fundación Jubileo, coincidió que es necesario reducir el gasto público y realizar una revisión de los planes de inversión pública con el fin de poner un freno al endeudamiento externo que ha crecido.
“El Gobierno debe sincerar el gasto público y entender que el contexto en el que nos encontramos es diferente al de los años de la bonanza, por eso debe ser más austero y controlar la deuda porque si no se hace esto ahora, más adelante podríamos llegar a una situación insostenible”.
El asesor general de la Gobernación de Santa Cruz, José Luis Parada, indicó que el Gobierno debe supervisar y fiscalizar de mejor manera los proyectos de inversión que ejecuta, así como reevaluar la situación de las empresas públicas.
“Lo que debe hacer el Gobierno es reducir el gasto público que es un despilfarro y adecuar todas las empresas públicas a los verdaderos ingresos que tienen, dejando de lado las subvenciones. De la misma manera, es importante que las inversiones tengan una mayor supervisión y fiscalización”, sugirió Parada.
Incentivos y tipo de cambio
Sobre el déficit comercial que se arrastra por varios años, los expertos recomiendan una serie de medidas para revertir la tendencia.
Martínez señaló que la primera tarea que el Gobierno debería asumir es la revisión del tipo de cambio, el cual se encuentra congelado desde 2011, ya que de lo contrario, las Reservas Internacionales Netas (RIN) seguirán en caída libre.
“Ha sido un error congelar el tipo de cambio y por eso es que se debe replantear esta posición y ver opciones para resolver este problema”, advirtió.
Al respecto, el expresidente del BCB señaló que volver a una política de tipo de cambio variable tendría resultados distintos en los diferentes sectores.
“Por un lado los productores se beneficiarían, pero por otro el sistema bancario se vería afectado negativamente, lo que a la larga también podría acarrear problemas para el primer sector”, advirtió.
Por su parte, Dunn considera que es necesario incentivar de manera agresiva las exportaciones nacionales, pero sin tocar el tipo de cambio.
“Es necesario un programa agresivo de incentivo a la exportación, pero sin tocar el tipo de cambio porque nuestros exportadores importan muchos insumos y cualquier ventaja que éstos pudieran tener sobre su competencia en el exterior podrían perderla por una devaluación y eso crea inflación”, manifestó.
El analista agregó que para mejorar las exportaciones se debe trabajar en la competitividad y productividad de las empresas, esto con la reducción de los costos laborales, mejorando el acceso al crédito bancario y brindar seguridad jurídica a los inversionistas extranjeros y locales.
“Las medidas que se han tomado como el doble aguinaldo y los continuos incrementos salariales van en contrarruta de esta visión y deben ser revisadas”, aseveró.
Por su parte, Muriel cree que es necesario evaluar la posibilidad de volver a un sistema de minidevaluaciones, para lo cual se debe tener asesoramiento de un grupo de discusión de élite, que conozca con seriedad el tema.
“Es necesario evaluar la posibilidad de volver a un sistema de minidevaluaciones, pero esta evaluación debe ser hecha de manera científica, por un grupo de élite, como en los países vecinos”, puntualizó.
Variables económicas
Para 2019 el Gobierno proyectó en el Presupuesto General del Estado un crecimiento económico de 4,7%, similar al estimado este año y un incremento de la inflación de 2,79% a 4,04%.
Los ingresos del presupuesto para el siguiente año se elaboraron con un valor del precio del petróleo de 50,25 dólares.
Se prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) nominal crecerá de 280.032 millones de bolivianos a 308.161 millones de bolivianos en 2019 (44.921 millones de dólares).
Indicadores macroeconómicos del país
Déficit Según el Presupuesto General del Estado (PGE) 2019, para 2019 se espera un déficit fiscal de 6,98% del Producto Interno Bruto (PIB), es decir 21.502,7 millones de bolivianos.
Reservas Al 21 de diciembre, las Reservas Internacionales Netas (RIN) del país, llegaron a los 8.608 millones de dólares, su pico máximo fue en 2014, cuando alcanzaron los 15.084 millones de dólares.
Balanza comercial Hasta octubre de 2018, la relación entre importaciones y exportaciones del país fue negativa y alcanzó lo 365 millones de dólares.
Deuda El Banco Central de Bolivia (BCB) afirma que al 30 de noviembre, el saldo de la deuda externa pública alcanzó a 9.944 millones de dólares.