FALTA DE CONFIANZA Y MENSAJES NO CLAROS
Jorge Akamine, presidente del Colegio Nacional de Economistas de Bolivia (Coneb), en un análisis objetivo aclara, sin estar a favor o en contra del Gobierno, que no ve una crisis económica, o algo que lleve a pensar que el boliviano perderá su valor adquisitivo.
“Sin embargo, lo que hay que analizar es que el mensaje, muchas veces, es lo que determina el comportamiento de las personas, que no son economistas, pero cuando ven que alguna variable está fluctuando, obviamente genera desconfianza y la gente que no necesita dólares está buscando dólares. El Gobierno acusa a muchos analistas por el problema, pero ellos en su análisis sostienen que el mensaje que envía no es el adecuado”, explica.
“Todo pasa por un tema comunicacional y espero que esta semana se resuelva. Como toda especulación que se genera, será cuestión de tiempo”.
Afirma que “hace un par de semanas que comenzó este drama de los dólares y justamente coincide con la nota de prensa del BCB informando de un convenio con los exportadores para mejorar el tipo de cambio, con la intención de que los dólares vengan al Estado. A partir de ahí, eso generó desconfianza en el público y con esto se empieza a demandar dólares, siendo que no era necesario”.En su criterio, el tema de los dólares pasa principalmente por la afectación a las reservas. “No es que estemos sin reservar, bordean los 3.500 millones de dólares, pero la mayor parte es en oro y otro tipo de divisas.
Los dólares son necesarios para el comercio y para que el Gobierno pague sus cuotas de deuda. Lo que está haciendo el Gobierno, a mi entender, es cuidar los dólares, y lo que hay ahora es una corrida. Es algo parecido a lo que ocurre cuando dicen que no hay gasolina, la gente va y llena sus tanques, poniendo en figurillas a YPFB por el tema de los cupos”.
En los dólares, añade, ha pasado algo así; ha habido un movimiento inusual, como dice el Gobierno, lo que es correcto. Los librecambistas dicen que la gente está loca, que quiere dólares y no hay dólares.
Explica que el Gobierno bajó el encaje legal de dólares a cero y está dando libertad a los bancos para que tengan esa disponibilidad. El encaje legal es importante, porque es una garantía del sistema financiero ante cualquier situación de quiebra de los bancos. Mientras, se activan otras políticas.
“Lo que veo y entiendo es que el BCB va a continuar entregando los dólares que se requieran, pero el problema es que están desangrando nuestras reservas. Si ahora yo tengo 10 mil bolivianos, pienso que si hay crisis, tengo que dolarizarlos, hay una alta demanda de dólares, salen pero no entran al circuito financiero. No entran a la economía, salen y se van al colchón”, ejemplifica.
“No es que no haya dólares, la política del Gobierno busca mantener el mínimo mientras activa otras medidas, como la venta de oro, o esperar que se paguen algunas deudas del extranjero, o la conversión de los derechos especiales de giro a dólares”, dice y añade que algunos préstamos que tienen que llegar son medidas que deben pasar por el Legislativo; entonces, esta crisis podemos decir que está siendo generada por el aparato político, porque no viabilizan normas que son necesarias para salir de esta coyuntura. No es que tengamos un problema económico, la inflación no es significativa y es manejable.
“Sin embargo, sí puede repercutir en la especulación y ése es un gran problema, puede durar tres semanas, un mes y luego el mismo mercado ajusta todo, pero en ese tiempo ya hizo daño”.Concluye que la población debe recibir mensajes de confianza y de certeza, de que no hay crisis económica y que los problemas se están solucionando, “pero sucede todo lo contrario, se ha elevado la desconfianza en el Gobierno”.
MEDIDAS Y COMUNICACIÓN
Jaime Dunn coincide con Akamine en que “el Gobierno ha cometido el error de política comunicacional y ha manejado todo este problema con muy poco tino”.
“Si nos remontamos a cinco semanas atrás, el Gobierno insistía en que las reservas caían, ‘pero no tiene importancia’. Era un ‘no pasa nada’, y a las 48 horas salen con la aprobación de la ley del oro, una medida desesperada; después sacan el bono a la remesa, que van a pagar una tasa de interés del 1,25% a la gente que mande sus dólares de afuera. De estas medidas, la que más llamó la atención fue el dólar a 6,95 para los exportadores. Eso ha preocupado más porque se habla del tipo de cambio”, explica.
Eso porque “los exportadores más importantes ya se movían con el dólar a 6,96; entonces, el 6,95 no les ha llamado la atención, sí a los exportadores más pequeños. Los exportadores han acaparado los dólares y ahí entra la especulación; otro error del Gobierno es que no da explicaciones, no reconoce que hay que mejorar ciertas cosas”.
Por ello, Dunn dice que “la gente lo vive en carne propia, no dan dólares como antes mientras que el Gobierno dice algo contrario a la experiencia de los ahorristas que han sentido la falta de dólares. Y los bancos han comenzado a priorizar a sus clientes, actuando en la lógica del mercado, mis clientes primero”.
También menciona que hoy, con las redes sociales y por la rápida información, la gente hace más seguimiento a estos temas, “pero no tiene claras las cosas”.
“Tener un tipo de cambio fijo implica un movimiento dentro de una banda, lo que está fija es la banda: 6,86 a 6,96, el dólar se mueve por ahí. Otro tema que la gente no comprende es que siempre existe un mercado paralelo; por ejemplo, los bancos tienen tasas preferenciales para los exportadores, para los grandes, hay discriminación en el sentido positivo, no es lo mismo alguien que cambia 20 millones de dólares al mes que alguien que cambia 300. Existe ese tipo de cambio preferencial que monitorea el Banco Central todos los días”.
Y otra causa es que, pese a la caída de las reservas, “el Gobierno ha incrementado su gasto anual y, como no tiene los recursos, se ha endeudado, la deuda pública se ha disparado y ha optado por echarle mano a las reservas”.