La situación del dólar: ¿hay escasez de divisas? ¿Cuál es el origen?

POLÍTICA ECONÓMICA

Economistas intentan explicar este momento y aclaran que no se trata de una crisis. La caída de las reservas internacionales, el déficit público, el endeudamiento, el cese de pagos de Argentina por el gas, entre otros, han llevado a esta situación. El BCB ya ha tomado medidas.

Por: Fernando Chávez Virreira

¿Qué está pasando con el dólar en Bolivia? Seguramente esta pregunta se la hicieron muchos bolivianos en la última semana. Para comprender el origen de esta situación, tres analistas explican los factores macroeconómicos que han conducido a este momento particular en el sistema financiero.
El gasto público, el crédito externo que no llega nunca, el contrabando, el déficit fiscal, la balanza comercial, que durante 7 u 8 años ha sido negativa (sólo en 2021 y 2022 tuvimos una balanza comercial positiva); el fuerte gasto del Gobierno han ido mermando las reservas internacionales.
Hay otros factores, según explica el economista y analista Jaime Dunn, que también han afectado el efectivo, como Argentina, que debe más de 400 millones de dólares; no paga desde agosto del año pasado. Además, hay un servicio de deuda, de más de 900 millones de dólares al año que debe cumplir el Gobierno, apoyándose en las reservas.
Según el análisis de Beatriz Muriel, economista, Directora Ejecutiva, Fundación Inesad, el régimen cambiario en Bolivia, desde el año 2011, consiste en un tipo de cambio fijo; es decir, el precio de un dólar se fijó en Bs 6,96, “lo que implica que cuando existe una escasez de dólares, para evitar que su precio en bolivianos aumente –como sería el caso de cualquier bien que escasea en el mercado–, el Banco Central interviene en el mercado de divisas vendiendo dólares. En contraste, si existe una sobreoferta de dólares, el Banco Central compra este excedente de dólares para que su precio no baje”.
Sostiene que para que el Banco Central intervenga en el mercado de divisas, y pueda así mantener un tipo de cambio fijo, precisa de reservas internacionales; sobre todo para “contar con un stock de dólares a la mano para poder vender”. Sin embargo, si la sobredemanda del público por dólares es recurrente, este stock se va reduciendo hasta un punto en que el Gobierno ya no puede mantener fijo el precio del dólar.
“Lo que se está viendo entonces en la economía es una escasez de dólares con una sistemática caída de las reservas donde la probabilidad de que el tipo de cambio deje de ser fijo (ya sea de manera oficial o en el mercado negro de divisas) es alta. Esto se debe principalmente a que están saliendo más dólares del país al resto del mundo (vía importaciones y salida de capital) que entrando (vía exportaciones, endeudamiento, inversión extranjera directa u otro tipo de entrada de capital)”, explica la experta.
Consultada sobre las medidas que cree que debe tomar el Gobierno, o cuáles ya está tomando, explica que las reservas internacionales están compuestas no solamente de divisas, sino también de otros activos como derechos especiales de giro (DEG) y oro. “Entonces, una forma de aumentar las divisas, que van en caída, es vender DEG y oro a cambio de dólares; algo que el Banco Central ya lo ha tomado en cuenta. Otra medida es la exención temporal del encaje legal, lo que permite a los bancos disponer de dólares ante su mayor demanda, y seguramente habrá más medidas para hacer frente a la sobredemanda de divisas”.
La economista anticipa que, bajo el escenario altamente probable de una caída de las exportaciones de gas, por la disminución de reservas de gas que ya se venía pronosticando a partir de la información disponible desde hace varios años, la medida adecuada debería haber sido volver al régimen crawling peg (minidevaluaciones). “Esto porque la caída de las reservas continuará siendo recurrente y, por lo tanto, los paliativos simplemente atrasarán algo inevitable, el aumento del precio del dólar ya sea oficial y/o paralelo”.
Foto: Caricatura de dólares.
FALTA DE CONFIANZA Y MENSAJES NO CLAROS
Jorge Akamine, presidente del Colegio Nacional de Economistas de Bolivia (Coneb), en un análisis objetivo aclara, sin estar a favor o en contra del Gobierno, que no ve una crisis económica, o algo que lleve a pensar que el boliviano perderá su valor adquisitivo.
“Sin embargo, lo que hay que analizar es que el mensaje, muchas veces, es lo que determina el comportamiento de las personas, que no son economistas, pero cuando ven que alguna variable está fluctuando, obviamente genera desconfianza y la gente que no necesita dólares está buscando dólares. El Gobierno acusa a muchos analistas por el problema, pero ellos en su análisis sostienen que el mensaje que envía no es el adecuado”, explica.
“Todo pasa por un tema comunicacional y espero que esta semana se resuelva. Como toda especulación que se genera, será cuestión de tiempo”.
Afirma que “hace un par de semanas que comenzó este drama de los dólares y justamente coincide con la nota de prensa del BCB informando de un convenio con los exportadores para mejorar el tipo de cambio, con la intención de que los dólares vengan al Estado. A partir de ahí, eso generó desconfianza en el público y con esto se empieza a demandar dólares, siendo que no era necesario”.En su criterio, el tema de los dólares pasa principalmente por la afectación a las reservas. “No es que estemos sin reservar, bordean los 3.500 millones de dólares, pero la mayor parte es en oro y otro tipo de divisas.
Los dólares son necesarios para el comercio y para que el Gobierno pague sus cuotas de deuda. Lo que está haciendo el Gobierno, a mi entender, es cuidar los dólares, y lo que hay ahora es una corrida. Es algo parecido a lo que ocurre cuando dicen que no hay gasolina, la gente va y llena sus tanques, poniendo en figurillas a YPFB por el tema de los cupos”.
En los dólares, añade, ha pasado algo así; ha habido un movimiento inusual, como dice el Gobierno, lo que es correcto. Los librecambistas dicen que la gente está loca, que quiere dólares y no hay dólares.
Explica que el Gobierno bajó el encaje legal de dólares a cero y está dando libertad a los bancos para que tengan esa disponibilidad. El encaje legal es importante, porque es una garantía del sistema financiero ante cualquier situación de quiebra de los bancos. Mientras, se activan otras políticas.
“Lo que veo y entiendo es que el BCB va a continuar entregando los dólares que se requieran, pero el problema es que están desangrando nuestras reservas. Si ahora yo tengo 10 mil bolivianos, pienso que si hay crisis, tengo que dolarizarlos, hay una alta demanda de dólares, salen pero no entran al circuito financiero. No entran a la economía, salen y se van al colchón”, ejemplifica.
“No es que no haya dólares, la política del Gobierno busca mantener el mínimo mientras activa otras medidas, como la venta de oro, o esperar que se paguen algunas deudas del extranjero, o la conversión de los derechos especiales de giro a dólares”, dice y añade que algunos préstamos que tienen que llegar son medidas que deben pasar por el Legislativo; entonces, esta crisis podemos decir que está siendo generada por el aparato político, porque no viabilizan normas que son necesarias para salir de esta coyuntura. No es que tengamos un problema económico, la inflación no es significativa y es manejable.
“Sin embargo, sí puede repercutir en la especulación y ése es un gran problema, puede durar tres semanas, un mes y luego el mismo mercado ajusta todo, pero en ese tiempo ya hizo daño”.Concluye que la población debe recibir mensajes de confianza y de certeza, de que no hay crisis económica y que los problemas se están solucionando, “pero sucede todo lo contrario, se ha elevado la desconfianza en el Gobierno”.
MEDIDAS Y COMUNICACIÓN
Jaime Dunn coincide con Akamine en que “el Gobierno ha cometido el error de política comunicacional y ha manejado todo este problema con muy poco tino”.
“Si nos remontamos a cinco semanas atrás, el Gobierno insistía en que las reservas caían, ‘pero no tiene importancia’. Era un ‘no pasa nada’, y a las 48 horas salen con la aprobación de la ley del oro, una medida desesperada; después sacan el bono a la remesa, que van a pagar una tasa de interés del 1,25% a la gente que mande sus dólares de afuera. De estas medidas, la que más llamó la atención fue el dólar a 6,95 para los exportadores. Eso ha preocupado más porque se habla del tipo de cambio”, explica.
Eso porque “los exportadores más importantes ya se movían con el dólar a 6,96; entonces, el 6,95 no les ha llamado la atención, sí a los exportadores más pequeños. Los exportadores han acaparado los dólares y ahí entra la especulación; otro error del Gobierno es que no da explicaciones, no reconoce que hay que mejorar ciertas cosas”.
Por ello, Dunn dice que “la gente lo vive en carne propia, no dan dólares como antes mientras que el Gobierno dice algo contrario a la experiencia de los ahorristas que han sentido la falta de dólares. Y los bancos han comenzado a priorizar a sus clientes, actuando en la lógica del mercado, mis clientes primero”.
También menciona que hoy, con las redes sociales y por la rápida información, la gente hace más seguimiento a estos temas, “pero no tiene claras las cosas”.
“Tener un tipo de cambio fijo implica un movimiento dentro de una banda, lo que está fija es la banda: 6,86 a 6,96, el dólar se mueve por ahí. Otro tema que la gente no comprende es que siempre existe un mercado paralelo; por ejemplo, los bancos tienen tasas preferenciales para los exportadores, para los grandes, hay discriminación en el sentido positivo, no es lo mismo alguien que cambia 20 millones de dólares al mes que alguien que cambia 300. Existe ese tipo de cambio preferencial que monitorea el Banco Central todos los días”.
Y otra causa es que, pese a la caída de las reservas, “el Gobierno ha incrementado su gasto anual y, como no tiene los recursos, se ha endeudado, la deuda pública se ha disparado y ha optado por echarle mano a las reservas”.

 

“El tema de los dólares pasa principalmente por la afectación a las reservas; no es que estemos sin reservas, bordean los $us 3.500 millones, pero la mayor parte es en oro y otro tipo de divisas”.
“Una forma de aumentar las divisas es vender DEG y oro, algo que el BCB ya ha tomado en cuenta”.
Beatriz Muriel

“Cuando alguna variable fluctúa, genera desconfianza y la gente que no necesita dólares está buscando dólares”.
Jorge Akamine

“El Gobierno ha cometido el error de política comunicacional, ha manejado todo este problema con muy poco tino”.
Jaime Dunn

PUNTO DE VISTA

La escasez de dólares
Antonio Saravia / Economista

Sí, se están acabando los dólares en las bóvedas del Banco Central. Tenemos sólo $us 372 millones. Esto alcanza para menos de 10 días de importaciones. El resto de las reservas, que llegan a $us 3.538 millones, están en oro, derechos especiales de giro y otros activos menos líquidos. El desplome de las reservas (teníamos alrededor de $us 15.000 millones el 2014) se da porque cuando los precios internacionales a los que vendíamos gas se desplomaron, el Gobierno siguió subvencionando los combustibles, gastando a manos llenas, acumulando déficits fiscales e “invirtiendo” en empresas públicas ineficientes y deficitarias. Es decir, cuando era momento de ajustarse los cinturones, el Gobierno dejó abiertos varios grifos por donde se nos fueron los dólares a raudales. La responsabilidad del descalabro recae, por lo tanto, entera y completamente en el gobierno del MAS. Aunque hay muchos dólares en la calle provenientes del mercado ilegal e informal, lo cierto es que las recientes medidas del Gobierno (la ley del oro, el bono remesas, el tipo de cambio diferenciado, la reducción del encaje legal en dólares, etcétera) anuncian a gritos que el Gobierno y el Banco Central están preocupados por la escasez de dólares en el mercado formal. Las amenazas de la ASFI contra aquellos que se expresen sobre la cantidad de dólares en los bancos tampoco ayudan a calmar las expectativas. Es más, generan el efecto contrario. El Gobierno debe calmarse y entender que la mejor forma de atraer dólares es exportando. Para esto, es necesario reducir cupos, controles de precios y demás regulaciones que estrangulan al sector privado. Debemos entender que el gas se acabó y dejar de pensar que un nuevo recurso natural será nuestra salvación. Es hora de meternos en la cabeza que sin un sector privado ágil y pujante, no podremos generar dólares de forma sostenida.

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