Los expertos ven necesario hacer cambios hacia una economía de mercado, ajustes o un modelo que garantice empleo, estabilidad.
Por: Marco Antonio Belmonte
¿Qué alternativas existen y hacia dónde debe dirigirse la economía tras la debacle del modelo económico, social, comunitario del MAS, vigente desde hace 18 años?
Desde el punto de vista de algunos economistas como Ernesto Sheriff, se debe avanzar hacia una economía abierta con una mínima participación del Estado, liberar exportaciones, tipo de cambio, subvenciones, cerrar empresas públicas que no funcionan y privatizar las que sean de interés para el sector privado.
Para el analista, el modelo colapsa porque se ha debilitado en sus fundamentos, como es la estabilidad macroeconómica.
La presidenta del Colegio de Economistas de Santa Cruz, Claudia Pacheco, considera que se debe girar hacia una economía de libre mercado, aunque, en el caso de las empresas públicas, se puede aplicar un modelo de alianza público-privada y con un régimen de concesión.
Se puede entregar, bajo este esquema, el manejo a la administración privada por unos 20 años, a cambio se entrega al Estado una parte de las utilidades.
El economista Omar Velasco considera que el modelo ha perdido capacidad de generación de excedente económico.
Dice que esto es fundamental para que cualquier esquema económico se reproduzca de forma adecuada. La baja inversión en exploración petrolera ha mermado la capacidad de incrementar la renta petrolera.
Se deben hacer ajustes, dijo, a las empresas públicas, si es que no tienen un margen operativo positivo, evaluar si se las puede fortalecer, fusionarlas, pero no retornar a la privatización.
La directora del Inesad, Beatriz Muriel, opinó que más allá de un modelo, lo importante es generar instituciones públicas de calidad.
En el caso de las empresas públicas, manifestó que producen bienes y servicios en mercados competitivos, algunas no pueden competir, pero otras deben ser evaluadas para ver si son eficientes y no generan costos adicionales al Estado.
Para el economista Enrique Velazco es necesario dejar de lado el debate ideologizado.
Cree necesario buscar los medios para garantizar un desarrollo sostenido y sostenible de la sociedad y, para ello, se debe apostar por un modelo de economía que pueda garantizar la creación de 140 mil empleos cada año, la estabilidad de la inflación, control del déficit fiscal, del tipo de cambio.
“Que la productividad laboral media de estos empleos sea al menos igual al promedio de América Latina ($us 25.000/trabajador-año, en lugar de los $us 6.000 actuales en Bolivia)”, precisó Velasco.
El modelo implementado por el MAS desde 2006 tenía como pilares la preservación de la estabilidad, nacionalización y control de los recursos naturales estratégicos, participación activa del Estado en la economía, redistribución del ingreso, industrialización, entre otros.
Nuevo modelo con liberalización de tipo cambio y de exportaciones
Ernesto Sheriff (Economista)
El modelo ha fracasado y vivimos su colapso. Se ha debilitado en sus fundamentos que eran la estabilidad macroeconómica, no se puede sostener ningún modelo en medio de una crisis macro, hay divorcio con el tipo de cambio, el déficit fiscal está sin control y no se cuenta con Reservas Internacionales Netas (RIN).
Siempre hay crisis cíclicas, en 1992 hemos aguantado la recesión, porque finalizó el contrato de venta de gas con Argentina, pero en 1993 ya estábamos bien. En 1998 la economía mundial cayó, hubo crisis y se tuvieron que hacer ajustes, pero el modelo vigente entonces no colapsó.
Hay que pensar en un nuevo modelo con flexibilización del mercado laboral, un mercado con libre contratación. Se debe liberar el tipo de cambio con independencia del BCB, liberar las exportaciones e importaciones, la subvención a los carburantes. En este nuevo modelo, las empresas públicas no van ni en chiste.
En 1985, cuando se estabilizó la economía, había 600 empresas públicas, de las cuales unas 20 valían la pena privatizar. Pero ahora, de 69 empresas ¿cuáles serían atractivas para el sector privado? solo Entel y Ende. ¿Quién podría hacerse cargo de San Buenaventura o de Quipus o Boa? En el caso de las empresas estratégicas, como primero hay que desmantelar leyes, se pueden hacer contratos de administración privada, con la garantía de que no se empeorará su manejo, pero las que están en quiebra solo resta venderlas.
Antes que un nuevo modelo, urgen instituciones públicas de calidad
Beatriz Muriel (Directora del Inesad)
A pesar de que el Gobierno, desde el 2006, ha buscado promover una economía de Estado, en los hechos hay libre mercado.
Esto se refleja muy claramente en el hecho de que más del 80% de la economía, desde la mirada del empleo, es informal. El capital en Bolivia es atomizado con pequeños capitalistas que son transportistas, comerciantes y artesanos. Esta realidad no ha cambiado en las últimas décadas.
Antes de determinar un modelo como tal, lo importante es generar instituciones públicas de calidad. La sociedad es el segundo actor fundamental del desarrollo, pero está fragmentada.
Desde mi criterio, el mayor problema son los llamados fallos de Estado que, de manera resumida, se asocian con instituciones débiles y de baja calidad. Esto se observa de manera muy clara en Bolivia; como ejemplo, los Indicadores de Gobernanza del Banco Mundial muestran notas bajas para el país en cuanto a la rendición de cuentas, la eficacia del Gobierno, la calidad regulatoria, el Estado de derecho y el control de la corrupción.
Las empresas públicas tienen características diferentes, por lo que no pueden ser evaluadas con una misma vara. Aquellas producen bienes y servicios dentro de mercados altamente competitivos (como Cartonbol, Papebol, Lacteosbol), no tienen mucho sustento para ser públicas. Sin embargo, otras que producen servicios sociales y/o se encuentran en mercados poco competitivos deben ser evaluadas y al menos deberían ser más eficientes para no generar costos.
El modelo fracasó, pero se pueden impulsar alianzas público-privadas
Claudia Pacheco (Economista)
El modelo económico no es tal, solo es ideología, pero fracasó porque se sustenta en el gasto sin planificación, reinversión o generación de nuevos ingresos. Fue planteado cuando había crecimiento y se llegó a un auge gracias a los precios internacionales de materias primas y al gas natural.
Cuando comenzaron a caer los ingresos se siguió gastando más o supuestamente invirtiendo sin planificación; aumentó el déficit fiscal y eso se ve en las cuentas del Gobierno, se tenía un 6% a 7%, ahora se estima que está en un 12% a un 13%.
¿Hacia dónde debe dirigirse la economía? Hacia una economía de libre mercado; el Gobierno siempre dijo que tiene un modelo socialista de base; está bien, eso no se critica, pero tendría que ser más pragmático, si se quiere beneficiar a todos los bolivianos. Hay modelos a seguir y aunque no nos guste, tenemos que reconocer que China ha sido pragmática, porque para la economía y el comercio aplica la libertad de mercado.
Le ha funcionado bastante bien porque se han dado cuenta que, a través de la atracción de inversión, dar incentivos tributarios, ha generado innovación y ha creado nuevas industrias. Ese es un gran ejemplo si se quiere copiar y adaptar ese modelo a nuestra realidad. Pero eso va a venir con un cambio de legislación y que vaya en camino de atraer inversión.
¿Se debe privatizar las empresas públicas, hacer ajustes?
Hace poco el Gobierno emitió un decreto en el que aprueba un modelo de concesiones público-privadas; este esquema es una salida a la disminución de ingresos del Estado. Se concede la administración y ejecución de un proyecto público en un período no menor a 20 años; la empresa privada se hace cargo del mantenimiento, funcionamiento, generación de ingresos y utilidades y una parte se entrega al Estado. Luego de la concesión por 20 años, el Estado sigue bajo control. En las empresas públicas, se podría hacer lo mismo, que se haga una reingeniería, que el inversor tome las decisiones correctas para hacerlas reflotar. Si finalmente no se puede, se las puede liquidar o buscar fusiones.
Se necesita un modelo que garantice empleo y estabilidad
Enrique Velazco (Economista)
Se debe avanzar hacia un modelo de economía que pueda garantizar la creación de manera sostenible de 140 mil empleos cada año, la estabilidad de la inflación, control del déficit fiscal, del tipo de cambio.
Implica dejar de lado todos los falsos debates ideologizados para encontrar los caminos y medios que garanticen los resultados de desarrollo sostenido y sostenible de la sociedad. Por ejemplo, hay que partir por recuperar la capacidad de crear valor con la economía doméstica antes que seguir buscando el próximo regalo de la Pachamama.
Recuperar el mercado interno, eliminar todos los impuestos que terminan elevando los precios de venta de los productos (hasta un 35% en manufacturas); flotar el tipo de cambio (porque con tipo de cambio fijo y la presión fiscal actual, es imposible competir con el contrabando).
Los impuestos en el mercado interno quitan anualmente a los hogares entre cinco mil y 6.500 millones de dólares de su capacidad de consumo, monto que, dirigido a potenciar la demanda interna, permitiría elevar significativamente el uso de la capacidad instalada industrial y el nivel de empleo sectorial.
Se debe establecer acuerdos Estado – Empleado – Empresa (E3) acorde con la realidad vigente y con metas compartidas de equidad; la real “simplificación conceptual” de relaciones Estado – Empresas, profesionalizar la administración pública con indicadores y metas de calidad en desempeño.
Rediseñar globalmente las autonomías para que las Etas reciban directamente recursos a la vez que, en el marco de la subsidiaridad, asuman también responsabilidades sobre su desarrollo.
Ninguna de las empresas públicas existentes tiene los mecanismos de gestión y control que permitan garantizar su continuidad en las condiciones vigentes. El que generen excedentes y utilidades, no es justificativo suficiente, si hay operaciones privadas que las superen en calidad y eficiencia.
“El modelo ha perdido capacidad de generación de excedentes”
Omar Velasco (Economista)
El modelo ha tenido dificultades en su implementación de la misma manera que en la década anterior. Cuando hablo de eso, hay que tomar en cuenta factores internos y externos que han limitado el funcionamiento normal del modelo.
Algunas son las razones que expuso el presidente Luis Arce en su mensaje al país el pasado domingo. Más allá de quién tiene la culpa, el Gobierno anterior, la Asamblea o el contexto externo, el modelo ha perdido capacidad de generación de excedente económico y ese es un problema.
Esto es fundamental para que todo modelo se reproduzca de forma adecuada; la baja inversión en exploración petrolera ha mermado la capacidad de seguir incrementando la renta petrolera.
No se logró revertir la tendencia negativa de caída del excedente económico, el gobierno de Luis Arce se comprometió a estabilizar el descenso de la producción de gas y hasta ahora no lo logró, las reservas siguen a la baja.
Otro problema es que el Estado ha perdido presencia en la economía; hoy, menos del 20% de las exportaciones provienen del sector público. La caída en las ventas de gas no ha sido compensada con otras exportaciones estatales y hay un déficit.
Se deben hacer ajustes a las empresas públicas, si es que no tienen un margen operativo positivo, hay que evaluar alternativas distintas, ver si se las fortalece o se las fusiona.
Pero no se puede retornar a la privatización, el modelo no comulga con esto.