Con crecimiento de 2% se hace cuesta arriba reducir la pobreza, según la Cepal.
La educación, la informalidad y la calidad de vivienda son factores que inciden en la pobreza multidimensional, de acuerdo al economista y docente de la Universidad Técnica de Oruro (UTO), Ernesto Bernal Martínez, que junto a Erika Soliz Cuevas, presentaron el estudio Pobreza Multidimensional y Pobreza Monetaria en Bolivia.
Realizando un análisis rápido, Bernal señaló que los indicadores económicos del país muestran un proceso de desaceleración que sigue Bolivia, y se estima que ingresa a una crisis, aunque otros economistas indican que ya se ingresó y que el mismo se agudiza.
Una muestra de ello es la inflación de casi dos dígitos, indicador que afecta principalmente a los más vulnerables, ya que la cifra de 9,97% repercute mucho en la canasta básica, que se rige por los precios, que subieron.
Recordó que la gente humilde no tiene un ingreso fijo, ya que el 85% de la población se encuentra bajo la informalidad y con trabajos precarios, además, no tienen suficientes ingresos para cubrir el costo de una canasta básica.
En ese contexto, Bernal explicó que una colaboración entre el instituto Económico de la UTO y el Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad) se analizó junto a Erika Soliz, las variaciones de la pobreza entre 2015 y 2022, aplicando dos metodologías, línea de pobreza por ingreso y la otra sobre las necesidades básicas insatisfechas (pobreza multidimensional).
Aclaró que el estudio empieza a partir del 2015, porque hasta el 2014 Bolivia vivió una bonanza económica por los ingresos del gas, debido a los precios altos del petróleo en el mercado internacional y la alta producción de gas.
Indicó que un primer resultado que se percibe es que la pobreza multidimensional se redujo entre 2015 a 2022, de 57,48% a 44,76%, pero con variaciones entre 2020 y 2021, uno por la pandemia registrada y el otro por la recuperación económica debido al rebote estadístico.
Bernal sostiene que el indicador más importante en estimación de la pobreza multidimensional se refiere al empleo informal, que a nivel nacional el 85% de las personas se encuentran dentro de esta categoría.
Otra variable importante es el logro educativo, en donde se puede apreciar que muchas personas no lograron concluir la educación mínima, y este es un indicador multidimensional alto en el país, reflexionó.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la educación es fundamental para lograr un desarrollo social y económico inclusivo y sostenible, para crear sociedades más justas y cohesionadas.
Otra variable que se tomó en cuenta es la calidad de la vivienda y acceso al saneamiento; el hacinamiento y el material de la vivienda, pero también el empleo infantil, agregó.
Sin embargo, el estudio no sólo muestra datos a nivel nacional, sino que también a nivel departamental, en cuya información se puede identificar que los departamentos con pobreza multidimensional en 2015 estaban Pando, Beni, Potosí y Chuquisaca; en 2022 se mantienen, pero Santa Cruz, Tarija y La Paz tiene menos pobreza multidimensional.
Por ingreso
En lo que se refiere a la metodología de líneas de pobreza, por ingreso, en 2015 la pobreza alcanzó 38,6%, con variaciones en 2020 de 39% y en 2021 con 36,4%, pero en 2022 registró 38,21%. No hubo mucha variación, según Bernal.
En cuanto a la pobreza extrema de 16,8% en 2015 bajó a 12,41% en 2022. Las cifras indican que no se cumplió con los objetivos de desarrollo del milenio, es decir, bajar la extrema pobreza 2 o 3% como lo hicieron algunos países de la región.
Crecimiento
Asimismo, mencionó que el crecimiento tiene un efecto importante para reducir la pobreza y resaltó que se tomó un período de cinco años para las encuestas de hogares: 2015, 2019, 2020, 2021 y 2022.
Explicó que se hicieron 35.000 observaciones de casi 400 variables, que fue complicado definir esos indicadores. Además, señaló que el Instituto Nacional de Estadística (INE) no cuenta con una metodología para medir la pobreza multidimensional.
No obstante, en 2019 la entidad pública informó que el trabajo de pobreza multidimensional en términos del establecimiento de una metodología local coherente con nuestra realidad, está siendo trabajada bajo estándares internacionales por el Instituto Nacional de Estadística (INE) conjuntamente con la Unidad de Análisis de Política Económica y Social (Udape), el Proyecto de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la OPHI, se espera que en el mediano plazo se muestren los resultados más relevantes al respecto, a raíz de una publicación de pobreza multidimensional elaborada por el Cedla, en la que señala que el indicador es alto.
Al respecto del crecimiento, el secretario Ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, en entrevista con Andrés Oppenheimer de CNN en Español, dijo que “no hay varitas mágicas para el crecimiento. No se trata de crecer por crecer. Necesitamos un crecimiento que sea inclusivo, que genere empleo y que sea sostenible con la naturaleza”.
“Con tasas de crecimiento de 1 o 2% es muy difícil reducir pobreza, informalidad, generar empleos de calidad”, agregó.
Inflación
Bernal amplía la información sobre el dato de inflación que se registró en 2024, con una cifra oficial de casi dos dígitos, 9,97%, según el INE, e indica que realizando un análisis profundo la variación de los precios de la canasta básica casi llegaron a 30%, pero el INE muestra sólo un promedio de los más de 369 artículos que evalúa, que inclusive podría superar el 40%.
Apuntó que la inflación, un incremento del costo de vida, es el peor impuesto que se puede aplicar a las personas pobres y más ahora que una gran parte de la población se entra en la informalidad.
Conclusiones y
apreciaciones
La investigación estimó la incidencia de la pobreza tanto en términos multidimensionales como monetarios. También los efectos crecimiento y distribución del ingreso en Bolivia desde el año 2015 al 2022 con datos de las encuestas de hogares del INE.
Los indicadores que ejercen un mayor impacto negativo en el índice de pobreza multidimensional son el trabajo informal y el logro educativo.
Por otro lado, con respecto a la intensidad de la pobreza, que muestra la tasa media de privaciones de los pobres, igualmente se registró una disminución entre 2015 y 2022, aunque únicamente del 2,71%, cuando esta tasa es cercana al 50%.
En el área rural, el porcentaje de hogares pobres multidimensionalmente alcanzó valores cercanos al 90% en 2015. Aunque este valor disminuyó en 2022, sigue siendo superior a tres cuartos de la población.
En el área urbana, el porcentaje es inferior, ya que en 2015 cerca del 40% de los habitantes de las zonas urbanas fueron identificados como pobres de forma multidimensional. A pesar que este porcentaje disminuyó en 2022, el porcentaje de la población que es pobre en términos multidimensionales en ese año equivale a aproximadamente un tercio del total de la población.
El índice de pobreza monetaria, durante el período 2015-2019, disminuyó del 38,6% al 37,2%. En 2020, la pobreza se incrementó al 39%. El 2021 se consiguió contrarrestar la incidencia al 36,4%, pero al año siguiente (2022) la pobreza volvió a incrementarse al 38,1%.
El efecto crecimiento y distribución de ingresos es crucial: la pobreza en Bolivia se ve más afectada por el crecimiento económico, elemento positivo en la disminución de la pobreza. El estudio sostiene que sin un crecimiento sostenido y adecuado no se puede pensar en disminuir la pobreza. Es crucial preservar la estabilidad económica y política y, sobre todo, potenciar e impulsar el crecimiento.
Respecto al crecimiento, como se recordará en 2019 el porcentaje llegó a 2,2%, el 2020 a raíz de la pandemia se registró una recesión de -8,2%, pero en 2021 repuntó por el rebote estadístico a 6,11%, el 2022 bajó a 3,5%, en 2023 siguió la tendencia con 3,1% y se espera que en 2024, sea 2% o menos de esta cifra.
El Gobierno bajó la estimación de crecimiento para la presente gestión, de 3,71% en 2024 a 3,51% en 2025; mientras los organismos internacionales proyectan cifras menores a 2%.
Multidimensional
En primer lugar, se observa que en 2015 más de la mitad de los hogares en Bolivia fueron clasificados como pobres multidimensionalmente. Este porcentaje disminuyó en 2021, pasando al 41,92%, pero incrementó en 2022, llegando al 44,76%. Este resultado nos muestra que, en Bolivia, según los datos de la última encuesta, cerca del 50% de los hogares sufren de privaciones múltiples, destaca el estudio.
La reducción de la pobreza extrema en el período de 2015 a 2019 fue de un -1,4%. Durante el período entre 2019 y 2020 aumentó en 1,8% y volvió a disminuir entre 2020 y 2021, en un -2,6%; entre 2021 y 2022 hubo un aumento del 1,31%.
El hallazgo más importante fue la reducción de la pobreza en el período de 2015 a 2019: durante esta desaceleración de la economía, la pobreza se redujo del 38,6% al 37,2%.